La última joya de la corona de las empresas públicas de España tiene los días contados. Las férreas condiciones impuestas a España para cumplir con los objetivos de déficit público no han dejado al Gobierno de Rodríguez Zapatero más salida que privatizar parcialmente el control del tráfico aéreo en los aeropuertos españoles. En el transcurso del año, AENA dejará de existir como tal y se fragmentará en una red de empresas participadas por capital privado en hasta un 49%. Un movimiento delicado para obtener cash a corto plazo, que carga con la pesada losa de una red de aeródromos deficitaria, una deuda que supera los 12.000 millones de euros y un conflicto con los controladores que, a día de hoy, ha dejado 500 millones de euros de pérdidas al sector turístico y las aerolíneas y una imagen exterior de España más que debilitada con estado de alarma incorporado. La marca España, ya resentida, de nuevo queda dañada.
¿Quién puede dar el paso y hacerse con AENA con la cantidad de conflictos que tiene?Pero la «guerra» entre AENA y los controladores no ha dejado sólo la pésima imagen de un estado de alarma y de unos servicios aéreos militarizados, las vacaciones frustradas de miles de viajeros o pérdidas millonarias. El sistema de control del tráfico aéreo español, seriamente deteriorado por un conflicto que se ha prolongado por más de un año, ha resultado irreversiblemente afectado. A la vista de la situación el escenario no parece el más idóneo para poner en venta casi la mitad de AENA. En estas condiciones, con más conflictividad a la vista, ¿quién pondrá el cascabel al gato? ¿Quién dará el paso y comprará?
El contexto en el que se desenvuelve AENA no es el más atractivo. Sueldos millonarios, horas extras a precio de oro...privilegios, en una palabra, de la plantilla de 2.400 controladores, conflictividad casi asegurada y una estadística que es pura dinamita. Los últimos datos facilitados por el Ministerio de Fomento revelaron pérdidas operativas durante 2009 superiores a los 432 millones de euros, una cifra que se prevé roce los 600 millones a cierre de este ejercicio. Aunque en las cifras ha pesado las fuertes inversiones acometidas por AENA en Barajas (T-4) y El Prat (T-3), la realidad es que sólo diez aerodromos en toda España tienen previsto cerrar este ejercicio con beneficios. Las previsiones de AENA para este ejercicio sólo arrojan un resultado operativo imputable positivo a los mismos aeropuertos que en 2009: Palma de Mallorca (50,7 millones), Alicante (27,1), Gran Canaria (16,4), Girona (15,9), Tenerife Sur (11,2), Lanzarote (5,1), Sevilla (2 ), Bilbao (0,7), Ibiza (0,5) y San Javier (0,1).
Desde el Ejecutivo se achacan las pérdidas del ente público a la masa salarial de los controladores; éstos, a la mala gestión de los aeropuertos, a las inversiones realizadas en instalaciones «inservibles» y a que la empresa, aseguran, siempre ha preferido pagarlas a precios caros en lugar de incorporar a controladores.
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